El trabajo adquiere
distintos significados como resultado del conocimiento sobre una parcela de la
realidad socialmente elaborada y compartida.
Para
Peiró, Prieto y Roe en Guillén y Guil (2000) el trabajo es la realidad
psicosocial fruto de la interacción de las personas que lo realizan en el ceno
de un marco social.
Hoy
en día, gracias a los movimientos
sociales y políticos, el trabajo se considera no solo como un vínculo para
obtener beneficios económicos, pero si una actividad en donde las personas
puedan adquirir un desarrollo personal y
profesional (ya sea en sus habilidades y conocimientos) en el hecho de sentirse
productivos para la sociedad. Asimismo el trabajo constituye un elemento
importante de estratificación social y de asignación de estatus a los
diferentes miembros de la sociedad, (Peiró y Prieto, 1994).
Dependiendo de la
adaptación a la vida laboral que el individuo desarrolle, sea funcional o
disfuncional como lo plantea Guillén (2000), serán los efectos que influyen en
su vida cotidiana.
Implicaciones
psicosociales del trabajo en la vida del individuo.
Positivas:
realizarse, dar sentido a sus vidas y ser creativas, por lo que gracias a que
éste en cierto modo facilita que exista la realización personal, se da la
identidad social, y personal, además de que proporciona un determinado status,
y prestigio social, aparte de que puede ser una importante fuente de
oportunidades para interacción y los contactos sociales, dando de cierta manera
también una estructura de tiempo que con el paso de los años se convierte en el
diario vivir de una persona.
Negativas:
el trabajo puede ser disfuncional y frustrante si rompe con las expectativas,
preparación y experiencia de las personas y si este trabajo es repetitivo,
deshumanizantes y monótono puede ser disfuncional para la persona.
Por último, algunos
aspectos negativos que suele presentarse en el ámbito laboral son el acoso y el
estrés laboral, por mencionar algunos.
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